Anoche soñé que teníamos un piano. Y que, de pronto, las teclas del piano empezaban a sonar solas. Yo me acercaba y me daba cuenta que había algo adentro. Pensaba que era una rata, caminando. Pero no. Lo que salía de adentro del piano era un cobayo al que algún niño le había puesto una ropita que ya le quedaba un poquito chica. Era muy gracioso, y yo decidía sacarle fotos para pegarlas en el barrio y que su dueño lo viniera a buscar porque pensaba que debía estar extrañándolo.
Ibamos con tu papá a colgar la ropa a la terraza y nos dábamos cuenta que ya teníamos también un hamster (en un balde en el lavadero para que no se escapara) y un gatito cachorro, también rescatados. Y que teníamos que sacarles las fotos pronto y colgarlas en los árboles de la manzana, porque sino íbamos a terminar teniendo un pequeño zoológico.
Un cobayo es esto:
No hay comentarios:
Publicar un comentario